Pues sí llegó el día 10, y todos nos dispusimos a salir de casa con las maletas, habíamos llamado a un taxi, puesto que la hora del vuelo era bastante temprano, e íbamos cargados.
Dimos repaso general, carnets, billetes y reserva de hotel, incluso las cartillas de la seguridad social europeas. Todo en orden!.
Llegamos pronto al aeropuerto. Así que tuvimos que esperar un buen rato, quizás no fuese tanto, pero las ansias que teníamos por llegar a nuestro destino, hacía que los minutos pareciesen horas.
Por fin abrieron la cola para facturar, nosotros no la necesitamos puesto que sólo llevábamos maletas de cabina, total iban a ser cinco días. Poco después abrieron el control de policía ,(ese que hay antes de subir al avión), y donde también te meten la maleta de cabina en una especie de paragüero, que si entra no hay problema, y si no tienes que dejar lo que sobre allí, o facturar la maleta.
Pues bien como he dicho, abrieron el control y SORPRESA!, primero pasó mi hija mayor que tenia 14 años y después su padre, en medio paso otra señora y después lo hizo mi hija menor que tenia 10 años, conmigo de acompañante, y ahí vino la sorpresa, pues el policía me pidió el libro de familia, documento que yo no llevaba, pues no había leído en ningún sitio, que lo necesitase. Después de discutir un poco con él, apareció mi marido, ya que no entendía nuestra tardanza, tubo también él, que mostrar de nuevo su carnet de identidad y disculparnos por no haber traído el libro de familia, así que finalmente, y por supuesto bajo amenaza de que esto no volviese a pasar, nos dejó entrar en el avión el policía.
Parecía que este viaje estaba un poco gafado, y que tal vez no deberíamos haber ido a Londres.
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