martes, 29 de marzo de 2016

Portugal I

Esta vez nos dirigíamos a cruzar el puente 25 de Abril,(que es el puente suspendido más largo de Europa), para adentrarnos en nuestro país vecino, Portugal, Habíamos hecho una reserva, en un camping de Cascais, así pues nos dirigimos hacia allí, la sorpresa fue que éste, estaba justo al lado del mar, ¡bien, pensamos!, algún día de playa con las niñas caerá.




Puente 25 de Abril,


Como ya eran las cuatro de la tarde , nos dispusimos incluso antes de montar la tienda, a buscar un bar, restaurante, algún sitio donde nos diesen algo de comer, y nada más salir del camping y cruzar una calle encontramos un bar, el "bar del Correio" (pues antiguamente había sido como su nombre indicaba, el correo), y  que muy amablemente nos atendieron con lo que les quedaba, pues ya habían cerrado la cocina.
¡Sorpresa!  nos trajeron dos bandejas, para los cuatro , una de ellas de chuletas de cordero,( pues a mi marido el pescado no le va mucho), y la otra de sardinas ¡impresionante!. no sé si por las horas o porque estaba realmente bueno, pero no sobró nada, no daba abasto en pelar el pescado para las niñas. ¡Qué bueno!. Incluso el precio formidable.
Días después, nos dimos cuenta que Portugal se parecía, mucho en los precios a los de España, a excepción de la comida, así que renunciamos a caprichos y nos los dimos todos en el paladar. Me sorprendió, la cantidad de platos diferentes que se pueden hacer con bacalao, pues en mi casa , y con ello me refiero a mi madre (gran cocinera), este pescado era típico de Semana Santa y sólo lo hacíamos rebozado, al pil-pil, o con tomate, y el seco y salado, para una especie de escalivada  o  con el ajoarriero.
En cuanto al camping, sólo pudimos pasar una noche en él. Ignorantes de no saber que Cascais , era una playa en la que se practicaba el surf,  ¿Porqué? Pues lógicamente por la cantidad de viento que hace, podéis imaginar que noche pasamos , no voy ha decir que la peor, pero sí una de las peores de nuestras vidas, rodeados de pinos , que al contacto con el viento aún hacia que éste, pareciese  más veloz y más fuerte, la tienda se ladeaba y yo no pude pegar ojo. Así que a la mañana siguiente recogimos y nos fuimos a otro camping en pleno corazón de Lisboa.
Pero claro no podíamos abandonar Cascais, sin antes pasar por sus playas y por supuesto por "la boca del infierno". ¡Espectacular!.

Boca del Infierno




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