sábado, 12 de marzo de 2016

De camino al paraiso.Varadero.

Pues sí, dejamos atrás La Habana para adentrarnos en "la Cuba" campesina,  grandes plantaciones de plataneros , y de caña de azúcar,  pasando por Cárdenas, Jovellanos,  Matanzas. Pueblos al más puro estilo labriego, vimos camionetas repletas de gente donde no cabía ni un alma, más, estas  se utilizaban para trasladarse de un lado a otro, debido a la escasez de flota automovilística, que había en  el país.


Plantación de caña de azúcar.


Así pues llegamos a Varadero, ni que decir tiene, que no tenia nada que ver con lo que hasta ahora habíamos visto de Cuba, este lugar era un sueño, grandes hoteles con todo lo necesario para que el turista no se aburriese, ni un sólo momento, aquí no había necesidades, no nos faltaba pan, porque tengo que decir que otra cosa que nos llamó la atención en La Habana, es que cuando íbamos a un restaurante, como tentempié los cubanos solían poner pan y mantequilla, todo un detalle. Pero! SORPRESA, un día fuimos a comer a un restaurante en el que sólo nos sacaron una jarra de agua, y pensamos ,( mira éstos no son tan espléndidos), pero al llegar la noche, cenamos en nuestro hotel y nos volvieron a traer agua, en vez, de pan y mantequilla, y aquí si que preguntamos por cual motivo, no nos trajeron pan, como en otras ocasiones. La respuesta no se hizo esperar, aunque bajaron el tono, "lo sentimos, pero hoy el barco no llegó". Ahí se aclararon todas nuestras dudas.

En fin, Varadero , como he dicho grandes hoteles, con piscinas de lujo y zonas ajardinadas con puentes... y todos ellos  al lado de la playa, chiringuitos llenos de ron, mojitos  y caipiriñas....  Y un ingente de empleados dispuestos a dejarse la piel, para que nosotros lo pasasemos bien. Eso sí , jamás había visto (ni lo he vuelto a ver), que las botellas de ron tuviesen unas marcas , pues según pudimos sonsacarle a un empleado, era la cantidad de cuba libres que salían por botella , y así,  asegurarse , que ningún empleado tomara algo, ni se sobrepasaran  ningún turista.
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 Una tarde decidimos irnos al centro comercial , que estaba a 3km. más o menos de nuestro hotel, decidimos ir en taxi pues ha esas horas hacía demasiado calor y así volveríamos  paseando. Así pues el taxista que nos llevó al  "centro comercial" , (he visto tiendas en mi barrio que podían haber llenado las estanterías y aún dejar cosas en el almacén..), nos pidió que comprásemos  unas bailarinas de charol del 37 para su niña, pues se habían puesto de moda, en Cuba y él, como cubano, no podía entrar en nuestras tiendas, a pesar de tener dólares. No nos importó hacer la compra, aunque esta vez resultó fallida, pues no quedaban ni zapatos, ni casi que nada, suerte que nosotros habíamos hecho las compras de souvenirs en tiendas de La Habana, todas ellas, hechas a mano desde los clásicos puros habanos, hasta unas muñecas cubanas, de tela y ataviadas con ropas de los antiguos esclavos negros que tuvieron en la isla. Sólo compré un par de zarzillos de plata con coral negro, en el hotel de al lado del nuestro, que tenía una estrella más y por supuesto más tiendas.



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