viernes, 11 de marzo de 2016

La Habana

Tras diez horas de vuelo llegamos a La Habana , y que calor, veníamos del invierno,  al más puro verano, (y eso que allí, también era invierno) pues menos mal! , porque según nos contaron la diferencia entre verano e invierno, era que soplaba una leve brisa en invierno.
El cambio de horario también nos afectó, como no, pero tras sobreponernos de estos pequeños inconvenientes e instalarnos en el hotel, salimos a conocer la ciudad.




vista general de La Habana
Fachada de la Embajada española
Se vislumbraba con cierta  nostalgia que antaño fue una gran ciudad, pizcas de glamour de su época colonial, y posteriormente neoclásica, asentada  por españoles, británicos   y  más tarde por estadounidenses , aún así , siempre he dicho que le faltaba "unas manitas de pintura". Aunque en estos momentos a los cubanos era lo que menos les importaba, debido a la precariedad a la que estaban sumidos. Habían tiendas para extranjeros (hoy por hoy, se que ya no existen), claro,  tenían una razón para existir, que era la escasez de cosas materiales , debido al bloqueo que les hacía Estados Unidos, y claro dejaba mas la divisa extranjera que la nacional , además había  que cuidar el turismo, fuente muy importante de ingresos en el país, conseguir unas simples pilas, se convertía  en una tarea arduamente dificultosa, debido a la cantidad de policía secreta que había, te observaban hasta estar seguros que no habían "moros por la costa", para pedirte que les compraras lo que necesitaban.



Pues como había dicho, una gran ciudad, atrapada en el tiempo, además tenían mucho interés en saber como habíamos pasado una transición sin ningún tipo de violencia. Que tal se vivía en este país ..... Supongo que muchos de ellos tenían en mente emigrar, no era raro, viendo sus  necesidades.


El Malecón.
Y en una de esas salidas ocurrió quizás lo peor o al menos lo que más nos asustó en este viaje , pues conocimos a un cubano que se ofreció para hacer de guía de la ciudad a cambio de que le contásemos como estaba España ya que la televisión cubana  solo retransmitía aquello que le interesaba al gobierno, en fin, que nos sedujo, y nos llevamos al chico, porque no recuerdo su nombre, (aunque tenía aproximadamente nuestra edad), a un restaurante donde nos sentamos a charlar un rato y descansar, para luego proseguir con la visita de la ciudad. Éste nos contó que era prudente por si nos paraba la policía,(cosa que hicieron, hasta en tres ocasiones, tomándole al chico todos los datos), debíamos decir que ya éramos amigos desde hacía un tiempo y que prácticamente habíamos venido a La Habana para encontrarnos con él. Así lo hicimos , pero sorpresa que apenas nos habíamos sentado, acudió la policía, que frenando a mi marido, el cual iba a ponerse en pie para que soltaran al chico, nos gritaron "ustedes esperen, que ahora hablaremos". Nos recorrió un extraño frio por el cuerpo y los dos pensamos que en que lio nos habíamos metido, y que donde se encontraría la embajada española. Bueno al final no nos paso nada, salvo que la policía se llevó detenido al chico y a nosotros nos dijo que era un vulgar ladronzuelo.


Terraza dónde nos interceptó  la policía.
No sabremos jamás quien tenia razón, pues eso fue lo que el chico nos había explicado que diría  la policía, de todos modos por la noche nos encontramos nuevamente con el chico, que vino a nuestro hotel a esperarnos para que según él, le pagásemos la multa que le habían puesto por estar con nosotros. Por supuesto no nos lo creímos y le dijimos que no le daríamos nada y que nos dejara en paz, y aunque le costó un poco, creo que vio en nuestras caras que no íbamos a soltar un duro y al final decidió marcharse. No resulto tan fácil como parece, pero logramos persuadirlo.


La universidad.
Antiguo Capitolio











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